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YuYu Hakusho -Fanfic- Mi querida Genkai. Capítulo 21: ¡No Soy Un Tonto! El Valiente Kuwabara

                     


Sinopsis del anime: La serie narra la historia de un joven rebelde de 14 años, Urameshi Yūsuke, quien es atropellado en un accidente de tráfico por salvar a un niño. Su muerte no debía ocurrir todavía, y por tanto no hay sitio para él ni en el Cielo ni en el Infierno, así que deberá ir al Más Allá y, en calidad de fantasma, recuperar su cuerpo y vencer todo tipo de demonios y seres fantasmagóricos acompañado de sus fieles amigos.

MI QUERIDA GENKAI

Trama: Un antiguo compañero de Genkai aparese dispuesto a vengarse por un desaire del pasado usando a Yusuke en contra de ella
Autora: Gabriella Yu
Año: 2006
Capítulos: 27
Género: aventura, artes marciales, aventura, humor

Capítulo 21: ¡No Soy Un Tonto! El Valiente Kuwabara


-¡¿Es que nadie va a pelear conmigo?! –Gritó el alto muchacho pelirrojo y feo, bastante molesto. -¡Cobardes! ¡Me tienen miedo!


Kuwabara siguió subiendo las escaleras muy irritado y con pocas ganas. Había encontrado algunas apariciones a las que golpeó e hizo huir, luego había encontrado a unas jóvenes elfas a las que liberó de su encarcelamiento. Pero no había encontrado a alguien poderoso para pelear. Estaba comenzando a preguntarse qué demonios hacía allí.


-¡Es cierto! –Dijo golpeando su puño en la palma de su mano. -¡Genkai! ¡Me había olvidado de ella! Espero que esté bien y que Yuske la haya encontrado. Ese sujeto Shie me parece que es muy peligroso... y libidinoso...


Entró a un largo pasillo y se estremeció de frío.


-¡Uuuuuh! Me parece que aquí está pasando algo muy malo con los muchachos, hay una energía muy negativa en el ambiente...


De repente, el muro de piedra al lado de Kuwabara explotó. El muchacho pudo cubrirse pero vio que de entre el polvo que se había levantado, surgió un enorme hombre musculoso que lo tomó del cuello con el brazo y se lo llevó corriendo hacia la otra pared, destruyéndola. Kuwabara cayó al piso adolorido y luego se puso en pie sacudiéndose el polvo de su uniforme escolar.


-¿Pero qué diablos pasó? –Se preguntó algo confuso, alzó la vista y sus ojos se encontraron con un tipo mucho más alto que él, moreno, musculoso y pelado. Por ropa sólo tenía un taparrabos. Parecía estar bastante molesto. -¿Quién eres tú, gigantón?


-Mi nombre es Morotoshi Yaoktsu, renacuajo.


-¿Me llamaste renacuajo? –Se molestó Kuwabara. -¿Ya nos llevamos así? ¡Te daré tu merecido!


Y dicho al hecho, Kuwabara se le lanzó encima dispuesto a darle una lección a aquel tipo que lo insultaba, pero no contó con la enorme maza de madera que sacó Morotoshi por sorpresa, con la que le dio en medio de la espalda lanzándolo de bruces al suelo. Adolorido, Kuwabara se levantó profiriendo maldiciones.


-Eso te pasa por arrebatado. –Luego negó con su cabeza. –¡Qué mala suerte tengo! Sólo a mí me toca pelear con los imbésiles.


-¡¿Qué?! –Kuwabara se sintió herido por esa insinuación. -¡¿Me dices imbésil?! ¡¡Te demostraré que no soy ningún luchador mediocre!!


-¡¡ESPADA ESPÍRITU!! – Con el poder de la energía espiritual concentrado en su mano, Kuwabara formó una espada amarillo-naranja luminosa y con ella atacó a su adversario atropelladamente. A Morotoshi lo tomó desprevenido, pero pudo evitar ser lastimado con ayuda de su enorme escudo circular, con el que logró desviar el poderoso ataque de Kuwabara, que al pasar al lado de él por el propio impulso, Morotoshi aprovechó en darle un tremendo puñetazo en la cara, que lo lanzó directo a la pared, estrellándose una vez más.


-Con ese golpe te rompí el cuello. –Dijo el guerrero haciendo crujir los músculos de su abdomen en modo de burla. Pero mayor fue su asombro cuando vio que Kuwabara volvía a levantarse.


-A-aún no me acabaste... –Dijo éste, testarudo.


-Qué tipo más duro. –Murmuró molesto Morotoshi. –Veo que tendré que usar poderes más fuertes contigo de lo que me suponía.


Y diciendo esto, Morotoshi alzó su puño hacia Kuwabara.


-¡¡GOLPE DE LAS MIL ESTRELLAS!! –Cientos de disparos fueron lanzados con su puño a una increíble velocidad en dirección hacia Kuwabara, quién trató de esquivarlas, pero desgraciadamente no pudo hacerlo muy bien y recibió casi la totalidad de los disparos, y luego de los impactos y con el cuerpo cubierto de sangre y lleno de heridas, el amigo de Yuske cayó de rodillas exhausto para luego caer completamente desmayado.


-Me lo suponía, es un debilucho. –El grandote se acercó entonces al muchacho y lo alzó del cuello del uniforme. –Ahora voy a darte tu merecido por haberme hecho perder mi tiempo, tonto.


Entonces, Morotoshi comenzó a darle una serie de puñetazos y patadas en todo el cuerpo al pobre Kuwabara. Ya más calmado y viendo en el estado miserable en que había dejado al chico, Morotoshi comenzó a reírse burlonamente.


-¿Lo ves, tonto? ¡No resultaste ser nada para mí! –Y luego, sus ojos se pusieron fríos y colocó su mano en posición de navaja en dirección al corazón de Kuwabara. –Llegó la hora de acabarte.


-¡¡GOLPE MORTAL!!


-¡¡ESPADA ESPÍRITU!!


Kuwabara fue más rápido con su espada que el golpe de Morotoshi, al instante, la espada espíritu había atravesado la enorme masa de músculos del abdomen de su enemigo. Morotoshi, sorprendido, soltó a Kuwabara y este cayó de pie ante él.


-Q-qué fue lo que pasó... –Exclamó el enorme hombre sorprendido, mirando hacia su abdomen atravesado y sangrando profusamente.


-Tú eras más fuerte, grande y rápido que yo. –Le dijo Kuwabara. –Por lo tanto la única manera de vencerte era engañándote para que me creyeras derrotado y sólo así te acercarías a mí y bajarías la guardia. Esperé el momento adecuado para derrotarte, no tengo tiempo que perder contigo, debo rescatar a una abuela.


-...M-maldición, q-que vergüenza, vencido por un idiota... –Entonces, Morotoshi cayó pesadamente al suelo, muerto.


Kuwabara lo miró con la frente en alto, orgulloso de su astucia.


-No Morotoshi, fuiste derrotado por un verdadero hombre. –Y luego de decir esto, se dirigió a la salida de la habitación.


Caminaba silbando por el pasillo hasta que sorpresivamente se encontró con Botán parada al final del pasillo, estaba toda maltrecha y lastimada.


-¡Botán! ¿Qué te ha pasado? ¿Qué haces aquí? –Le preguntó Kuwabara muy sorprendido al llagar hasta ella para ayudarla.


-¡Oh Kuwabara! ¡Es horrible! –Dijo la brujita y comenzó a llorar abrazada a su amigo.


-¿Qué pasó? ¡Dime Botán!


-¡Es Yuske! ¡Se volvió loco! ¡Lo encontramos afuera del castillo junto con Genkai y de pronto nos atacó a todos, a penas pudimos escapar! El Señor Koenma nos había dicho que teníamos que ayudar a Yuske porque corría riesgo de volverse inhumano por la manipulación anterior de Shie... Vinimos y... –Botán rompió a llorar de nuevo -¡Mató casi a todos y ahora está con Shie!


Botán volvió a refugiarse en los fuertes brazos de Kuwabara.


Muy dolorido, Kuwabara estaba impactado por lo que le había dicho Botán. ¡No podía ser cierto! ¡Yuske no podía hacerle eso a sus amigos!


-Debes detenerlo, Kuwabara –le pidió la chica –Genkai, Koenma y Yukina aún están vivos y Yuske... Yuske... ¡Dijo que nos mataría a todos!


Abrazando a su amiga, y con esas palabras tan horribles envolviendo su mente, confundiéndolo, Kuwabara decidió detener a Yuske, detener a su mejor amigo, aunque se le partiera el corazón.


Entre el llanto y sin que él la viera, Botán sonrió malévolamente.


Continuará...


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