MI QUERIDA GENKAI
Capítulo 17: El Reencuentro
Yuske estaba tirado en el suelo sobándose la cabeza y murmurando maldiciones. Había decidido tirar la puerta abajo como lo hacían los policías en las películas, pero ésta se había abierto antes.
-Vine a rescatarla, maestra Genkai, espero que no sea demasiado tarde... –Dijo todo esto levantándose del piso sin mirarla aún. -¿Pero por qué me suena su voz un poco diferente, como si fuera una...
-¡Rayos! –Gritó Yuske al ver a su maestra con su apariencia de muchacha. -¿Qué hace usted con su máximo poder elevado? ¿Acaso estaba peleando con Shie?
"Estúpido" pensó Genkai "¿Qué no se da cuenta de que no tengo poder?"
-¿Cómo me encontraste?
Yuske dudó un poco antes de contestar.
-Este... Me puse a jugar al Ta Te Ti con las puertas del pasillo y... bueno, salió esta.
No es necesario aclarar que Genkai lo fulminó con la mirada.
Entonces Yuske se dio cuenta de la ropa que llevaba puesta su maestra: un largo vestido blanco lleno de vuelos y bastante escotado. No pudo evitar reírse al verla con esa cara de pocos amigos.
-¡Wah ah ah ah! ¡Pero qué ridícula! –Rió poniendo cara de estúpido.
Como Genkai no podía golpearlo, sólo se quedó murmurando maldiciones. Entonces el chico notó que el vestido estaba roto y temió lo peor.
-¡Maestra Genkai! ¿Acaso Shie le hizo algo malo? –Estaba muy asustado. Genkai lo miró fastidiada.
-No tonto. No lo dejé y no tubo tiempo.
-¡Usted es genial, abuela! Este... –Dudó Yuske –Me es difícil decirle abuela con ese aspecto... –Sus ojos no pudieron evitar mirar hacia el escote. Al darse cuenta de dónde miraba su discípulo, Genkai se tapó con el tul del vestido bastante enojada.
-¿Qué estás mirando, estúpido?
-¡Ah Ah Ah! –La sorprendió Yuske riéndose -¡Usted tiene menos pecho que Keiko!
Tal desfachatez no pasó desapercibida para la maestra del ReikouHadouken, que se puso colorada como un tomate y un feroz puñetazo fue al rostro del impertinente muchacho, que por supuesto, no le hizo ningún daño.
-Vaya –Se sorprendió Yuske –No me hizo ningún daño, qué extraño. O yo me hice súper poderoso o usted... –Entonces miró a su maestra pidiendo explicaciones.
-¡Idiota, no digas tonterías! –Se enojó la joven. -Shie utilizó una piedra mágica para volverme a la juventud. Esa piedra es tan poderosa que consume todo el poder espiritual, y la tengo dentro de mi cabeza. -Fue la resumida y sorprendente versión que le dio Genkai a Yuske, lo que lo dejó perplejo.
-Entonces es por eso que no sentía su poder espiritual. –Dedujo el chico.
-Elemental mi querido Yuske. –Se burló la joven -¡Pues claro, tonto! Es obvio ¿No te parece?
Yuske bufó.
-¿Entonces ya no tiene su enorme poder espiritual? ¿Ya no es la poderosa guerrera Genkai?
-No. Ahora soy una simple mujer, y quizás sea más débil. –Replicó imperturbable.
Yuske se acercó curioso hacia ella y le miró la frente.
-¿No sabe cómo quitarla?
-Aún no.
"Entonces Kurama tenía razón, ese desgraciado de Shie ya lo tenía todo preparado" Pensó Yuske muy molesto.
-Vamos, maestra Genkai, tenemos que irnos de aquí.
Genkai, al dar un paso, pisó el vestido y cayó de bruces al suelo. Maldiciendo y gimiendo de dolor, se tomó la cabeza que había comenzado a dolerle de nuevo por el golpe. Asustado, Yuske la ayudó a levantarse.
-¿Qué le pasa?
-¡Nada! –Apartó al muchacho tratando de dominar su dolor. -¡Es este tonto vestido! ¡Me molesta!
-¿Y su otra ropa?
-No sé en dónde está, si no me lo hubiera puesto, estúpido. –Entonces sus ojos se fijaron en el bolso que llevaba Yuske. -¿Qué llevas allí dentro?
Yuske miró el bolso.
-No sé.
-¡Pues ábrelo, tonto!
Entre protestas, el chico lo abrió, y para su sorpresa, encontró en él un traje de lucha a la medida de Genkai.
-¡Ese Koenma es adivino! –Dijo dándole el traje a su maestra -¿Cómo supo que lo necesitaría? Póngaselo rápido antes de que venga Shie.
Para cambiarse, Genkai puso a Yuske a mirar a la pared en penitencia, por si acaso, sosteniendo un balde con agua en cada mano, cosa que al chico no le gustaba porque le hacía recordar los castigos que le daban sus maestros en la escuela.
Feliz de usar el tipo de ropa que más le gustaba, Genkai sacó a Yuske de su penitencia y se dirigió a la puerta para mirar el pasillo y ver por dónde se escapaban.
-No sabía que Koenma era poeta, qué cursi. –Oyó decir a Yuske.
-¿A qué te refieres? –le preguntó, mirándolo.
Yuske sacó una nota del bolso azul y la leyó.
-"El poder de la amistad disuelve toda maldad". Eh, qué tonto.
Genkai se quedó pensando.
-Maestra Genkai. –Yuske la sacó de sus pensamientos.
-¿Qué quieres?
-Tome. –Dijo Yuske entregándole la cadenita con el colgante. –Se le cayó cuando se la llevaron.
-Eres un idiota, Yuske. Este no es momento para eso. –Y diciendo esto, tomó la cadenita y se la puso al cuello.
-Bueno. –Agregó –Vamos, ya tardamos demasiado tiempo. Shie puede regresar en cualquier momento.
-Te equivocas, querida –Se escuchó la voz de Shie. –Ya regresé.
Sorprendidos, Yuske y Genkai miraron hacia la puerta y encontraron al temible Shie parado en ella.
-Tú no te vas de aquí. –Sentenció
Continuará...
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