Piratas del Caribe -Fanfic- La Maldición del Anillo de la Calavera. Capítulo 30: Malentendidos

                                                                                  


 Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!

PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción.
Publicado originalmente en: Fanfiction

Capítulo 30: Malentendidos

-¡¡Justo así te quería atrapar, pervertido!! –exclamó el valiente muchacho-. ¡Ven y pelea!

-Está usted equivocado, joven Turner –replicó James manteniendo la calma-, yo…

-¡Jah! –lo desafió burlonamente-. ¿Acaso tiene miedo de batirse en duelo con este simple herrero de pueblo, señor "comodoro altanero"?

-Vas a arrepentirte de haberme dicho eso, muchachito –replicó muy molesto mientras sacaba nuevamente la espada de su funda y se dirigía hacia su antagonista dispuesto a defender su mancillado honor.

A todo esto, Jack Sparrow sólo atinaba a menear negativamente la cabeza al ver sus planes tirados por la borda.

-Co-como siempre, Will cometiendo sus típicas ton-tonterías… ¡hip!

Will y James comenzaron a esgrimir sus espadas con gran vehemencia, dispuestos a defender la dignidad de uno y honor de la otra, pero, no se daban cuenta que lo que realmente estaban haciendo, era pelear por el capitán Jack Sparrow.

La contienda era tremenda, ambos habían logrado cortar varias veces las telas de sus ropas, pero casi sin herirse, rompieron muebles y estaban dejando todo el dormitorio dado vuelta, Jack pensó que no le convenía que ambos se mataran, así que decidió separarlos antes de que ocurriera una desgracia. Pero borracho como estaba, iba a ser bastante difícil de lograr.

El capitán Sparrow se tambaleaba de aquí para allá más de lo que acostumbraba, por lo tanto le era muy complicado poder alcanzarlos. Veía doble, y no hallaba el camino tan fácilmente.

-¡E-esperen, hic! No no es necesario que se peleen por mí… ¡hic!–Exclamó caminando hacia ellos, pero se dio de lleno contra una de las cuatro fornidas columnas de madera de la cama.

-¡Ouch! ¡No se trata así a una da-dama! –protestó sobándose la adolorida nariz mientras amenazaba al oscuro palo torneado, pero nuevamente intentó detenerlos.

Tambaleándose por detrás de los esgrimistas, Jack comenzó a perseguirlos por toda la habitación, sin poder darles alcance y tropezándose con todo mueble que "se le ponía" en su camino, quedando varias veces tirado en el suelo, pero no cegaba en su intento y volvía a levantarse como podía.

En un momento dado, Will y James se dirigieron peleando con sus espadas hacia el balcón por unos minutos, por lo que Jack también se lanzó hacia allí lo más rápido que pudo, pero con tan mala suerte, que los dos hombres justo se apartaron del gran ventanal y él (mejor dicho, ella) no pudo frenar a tiempo y pasó de largo por la ventana.

Nuestro pobre protagonista hubiera caído al vacío y romperse algunos huesos, pero tubo la buena suerte de que la falda de su vestido quedara enganchada en uno de los adornos del barandal, quedando suspendido en el aire cabeza abajo y evitando así, que cayera.

A pesar de aquel gran apuro de la dama defendida en cuestión, ninguno de los dos esgrimistas se habían percatado de aquella situación peligrosa, no hasta que Will comenzara por fin a oír los pedidos de auxilio que pedía el pobre Jack Sparrow. Nervioso, dirigió su vista hacia la dirección en donde provenían esas exclamaciones mezcladas con alguna que otra maldición.

-¡Jack se cayó por la ventana! –exclamó el muchacho muy asustado al detener con un gesto de la mano a James al mismo tiempo que señalaba con su espada hacia dicho ventanal, para luego salir disparado hacia allí.

-¡¿Eh?! –prorrumpió James sorprendido, quedándose atontado por unos segundos para recién después salir corriendo por detrás del joven.

Como un rayo, Will llegó hasta el balcón y se aferró de la tela del vestido, tratando así de detener la caída.

-¿Estás bien, Ja….?!! –sonrojado y sorprendido, no pudo terminar de preguntar, ya que vio las níveas enaguas de la "damisela en problemas".

-¡¡Will!! –llamó el capitán del perla mientras agitaba los brazos como si fuera una libélula-. ¿Qué es-estás haciendo? ¡Súbeme de una bue-buena vez! ¡Hic! ¡Se se me está bajando ¡hic! la sangre a la cabeza! ¡Hic!

-¡No puedo mirar hacia abajo! –se excusó el muchacho haciendo a un la cabeza -… ¡Se te ve la ropa interior…!

-¡Hic! ¡Sólo es un to-tonto calzón! ¿Un-nunca vi-viste uno en tu vida? ¡hic! ¡Súbeme de una vez! ¡hic! ¡Que que me estoy mareando!

"¿Más de lo que ya estás?" –pensó Will con sarcasmo.

-¡¿Pero qué…?!! –exclamó Norrington en cuanto llegó allí y se asomó por la barandilla y vio la situación embarazosa en que se encontraba Jack Sparrow-. ¿Cómo es que terminaste allí?

-… ¡Oh! Sólo quise salir a tomar el aire unos momentos y se me ocurrió colgarme cabeza abajo semidesnudo para hacerlo… ¡hic! –respondió con ironía.

-Es broma, ¿verdad? –preguntó el muchacho dubitativo. Jack era tan extraño que todo podría ser verdad en él…

-¡Nooo…, es que sólo que-quería compartir con ustedes esta experiencia taaan maravillosa! –contestó otra vez con sarcasmo, e inmediatamente replicó enojado:

-¡¡Cla-claro que estoy bro-bromeando!! ¡¿Es que no piensan sacarme de aquí?!

Entonces, James Norrington miró a William con decisión y le ordenó lo siguiente:

-Ambos tiraremos de su falda con cuidado, y en cuanto podamos, cualquiera de los dos se asirá de sus tobillos y lo subiremos al balcón. ¿Entendió, joven Turner?

-Claro que sí, no soy un tonto ignorante –se quejó el muchacho, pero luego preguntó un tanto intrigado:

-¿Cómo es que usted no duda en mirarle… este… sus enaguas?

-No olvide que he vivido mucho más que usted sobre este mundo, joven Turner, y por lo tanto he visto mucho más que usted –respondió sin dudar.

-¡Aaah…! Ya veo… -opinó el muchacho un tanto pensativo.

-¡¡Apúrense!! –pidió el pobre capitán al darse cuenta que gracias a que tenía desabrochado el vestido, comenzaba a deslizarse por él, por lo tanto, corría el riesgo de caer semidesnudo al suelo del jardín.

Mientras Jack Sparrow se retorcía como pez recién sacado del agua, Will y Norrington trataban de subirlo por medio del raído vestido, Elizabeth Swann había bajado al piso de abajo para ir a la cocina y llenar un vaso con agua, ignorando todo lo que había y estaba ocurriendo en la habitación de "Katrina Watson". Ya comenzaba a subir por las escaleras con el objeto de sus deseos en la mano, cuando un pequeño gemido femenino la hizo volver el rostro extrañada hacia la ventana que tenía a su lado, para darse la desagradable sorpresa de ver, bajo la luz de la luna llena, al nuevo Jack Sparrow colgando cabeza abajo, semidesnudo y agitando los brazos más de lo que ya acostumbraba a hacerlo.

-¡¿Pero qué está pasando?! –se preguntó intrigada y sorprendida, por lo tanto, partió corriendo con suma velocidad hacia la habitación del susodicho pirata.

Mientras tanto, en la mencionada alcoba, William y James por fin pudieron izar a Jack hasta el balcón, quien una vez que por fin pudo pisar suelo firme, tropezó por culpa de sus torpes pies a causa de su borrachera y su mareo por haber estado cabeza abajo, y cayó encima de sus salvadores, quienes también perdieron pie y cayeron de bruces al suelo, sobre las sábanas. Justo en ese momento, la joven Elizabeth Swann entró para darse con aquella desagradable escena.

Vio a una casi desnuda Katrina Watson embrollada encima de su novio y el comodoro Norrington, quienes tenían sus ropas todas rasgadas mostrando parte de su fisonomía. Ella con sus brazos alrededor de sus hombros masculinos, y ellos con sus manos sobre la esbelta figura femenina. Los tres sobre las blancas sábanas tiradas en el suelo. ¿Qué habían estado haciendo aquellos pervertidos?

Will y Norrington estaban tan atontados y sorprendidos por aquel incidente con el atrayente Sparrow, que ni siquiera notaron la presencia de Elizabeth, hasta que…

-¡¡TE VOY A MATAR, WILLIAM TURNER!! ¡¡NÚNCA PENSÉ QUE ME HARÍAS ALGO TAN TERRIBLE COMO ESTO!!–exclamó terriblemente furiosa, llamando la atención de los otros tres.

-Oh no… -apenas pudo decir el comodoro de lo turbado que había quedado con la inoportuna aparición de su ex prometida, adivinando lo que se venía.

-¡Elizabeth! –se defendió asustado el pobre muchacho mientras trataba de quitarse de encima a un mareado Jack Sparrow-. ¡Esto no es lo que estás pensando!

-¡¿Ah no?! ¡¿Y qué es entonces?!

Pero justo cuando Will trató de darle una razonable explicación, Jack se incorporó, se sentó en el suelo al lado de los dos nerviosos hombres y dijo:

-Un trío de pa-pasión –respondió con perversión-, ¿no quieres unirte a nosotros? ¡Seríamos un cuarteto! Co-como te lo había propuesto antes… ¿re-recuerdas? ¡hic! ¡Ven aquí y diviértete un rato! ¡hic!

La joven Swann estaba que hervía con aquella respuesta, y miraba al pobre de Will con unos ojos llameantes de ira.

-¡¡Esto jamás te lo voy a perdonar!!

-Pero Elizabeth –se acercó a ella-, nada de lo que dijo Jack es cierto. Yo solo…

-¡¡Mentiroso!! –exclamó furiosa desahogándose con un buen cachetazo a su novio-¡¡Mentiroso y pervertido!! ¡¡Estuviste engañándome con el depravado y travestido de Jack todo este tiempo!!

-¿Travestido? ¡hic! –se sorprendió el aludido, sin darle mucha gracia eso-. Yo no soy un travestido…, de de esa clase, claro…

-Para mí que sí lo eres… -opinó James sin duda alguna sentado al lado del pirata y mirándolo de abajo hacia arriba.

-¡Bah! ¡Que diga lo que e-ella quiera! –dijo el capitán mientras hacía un gesto de indiferencia y sacaba de su escote una pequeña botella de ron y se la llevaba a los labios.

-¿De dónde sacaste eso? –inquirió ingratamente sorprendido al ver aquello.

-De mis pechos, ¿acaso no lo acabas de ver? ¡hic! –respondió incorregible mientras bebía otro sorbo.

-No me refiero a eso –replicó entre molesto y sonrojado.

-¡Ah! Lo traje de contrabando desde el Perla. ¡Hic!

-Te dije que si ibas a ser mi "prometida"… ¡no tomarías nada de ron! –subrayó enojado.

-Soy un pirata y hago lo que se me antoja –lo desafió tomándose otra trago de su amada bebida, a lo que James Norrington se le abalanzó encima para arrebatarle la botellita, pero Jack no se la dejaría quitar tan fácilmente, presentaría batalla si era necesario.

Y mientras el capitán del Perla Negra y Norrington forcejeaban y peleaban por el ron, Will y Elizabeth seguían con la pelea provocada por el mencionado pirata.

-¡Pero Elizabeth! ¿Cómo puedes imaginarte que hay algo entre Jack y yo? ¡Eso es ridículo! ¡Ella es un hombre!–replicó desesperado mientras se sobaba la adolorida mejilla.

-¡No me engañes! ¡Yo no nací ayer! ¡He visto cómo mirabas a Jack todos estos días con esos ojos de lobo hambriento!

-¡Eso es por culpa de la maldición! ¿Acaso me crees capaz de algo así?

-¡¡Sí!!

-¡Perfecto! –se enojó por fin el muchacho- ¡Si no confías en mí, no habrá casamiento!

-¡¿Para poder estar sin problemas con Jack?! ¡Claro! ¡¿Cómo te conviene eso, verdad?!

-¡¿Cómo puedes pensar algo así de mí?! ¡¡No sé cómo se me cruzó por la cabeza casarme contigo!! –exclamó llevándose ambas manos a la cabeza- ¡¡Pareces una mujer de la calle!!

-¡Co-cómo te atreves a…!! –apenas pudo replicar Elizabeth, sin creer en lo que habían escuchado sus oídos- ¡¡Te odio, William Turner!! ¡¡No quiero volver a verte nunca más!!

Y terminando de decir esto, salió furios del cuarto, pero antes de marcharse al suyo propio, miró a su nuevo ex novio y le dijo con un gran tono de desprecio:

-No entiendo cómo se me ocurrió casarme contigo, no eres nada más que un sucio herrero empobrecido.

-¡Pero qué…!! –se molestó aún más el muchacho, y salió enfurecido por detrás de ella.

-¡Entonces me alegro que lo nuestro se haya terminado! –exclamó parándose en seco en medio del pasillo, mirándola.

-¡En eso estamos de acuerdo! –replicó la joven, que acto seguido, entró furiosa a su habitación dando un enorme portazo.

Y mientras Will se marchaba de allí olvidándose de defender a Katrina Watson y dando un bufido de fastidio, nuestro querido capitán Jack Sparrow y su enemigo jurado, el comodoro James Norrington, se quedaron mirando en silencio hacia la solitaria puerta, todavía con sus manos puestas en la botella de ron.

-Mira lo que provocaste –le dijo James-, ¿no te sientes culpable?

-Ni una pizca… ¡hic! –respondió entre tranquilo y sorprendido a la vez.

-Pirata tenías que ser –lo censuró molesto, luego extendió la mano y le ordenó:

-Ahora, dame esa botella.

-Bueno –asintió sorprendentemente el capitán del Perla y se la dio lo más tranquilo.

-Tienes otra, ¿verdad? –preguntó suspicaz luego de tomar la botella.

-Así es, ¿qué co-comes que adivinas? ¡hic! –dijo incorregible mientras sacaba otra botellita de entre sus maltratadas ropas y se ponía a beber.

-Me pregunto cuántas botellas más tendrás escondidas por allí –inquirió algo interesado.

-La suficiente como para emborracharnos los dos, ¡hic! –respondió-. Tómate esa si quieres –ofreció.

-Ya sabes que yo no bebo ron –se excusó un tanto incómodo y dubitativo mientras se ponía en pie, pero inmediatamente Jack lo tomó de la manga y lo volvió a sentar de golpe.

-Deja de ser tan falso y sé más sincero –dijo-. Si vas a quedarte aquí a vigilar que Beckett no vuelva a fastidiarme, tendrás que mantenerte entretenido con algo, ¡y nada mejor que el ron para eso!

Luego de unos minutos en completo silencio, Norrington aceptó tomar sólo una medidita de ron, que poco a poco, fue convirtiéndose en toda una botella, por lo tanto y al final, ambos estaban completamente borrachos.

-Te-tendremos que arreglar el asunto entre Elizabeth y ese estúpido Tu-turner –dijo un tanto mareado mientras se servía otro poco de ron.

-¿Pa-para qué? ¡hic! ¿No no te parece me mejor así? Tú te quedas con Elizabeth y yo con el apuesto mu-muchacho… ¡hic!

-No no me prestaré a tus su-sucios jue-jueguitos, capi-capitán Jack Sparrow… ¡hic!

-¡No sabes lo que te pierdes! ¡hic!

-Me me lo imagino… ¡hic! –y se le quedó mirando unos momentos con cara de estúpido y agregó:

-Pre-prefiero quedarme contigo…

-¡Vaya! ¡hic! Aquí va-vamos de nuevo… ¡hic! –replicó fastidiado-. ¿Qué te te parece si en vez de jugar a los enamorados, ¡hic!, ¿te te enseño a cantar algunas can-canciones piratas para pa-pasar la noche?

-Bue-buena idea… ¡hic!

Y entre canciones piratas, pequeñas botellas de ron, unas cuantas conversaciones sin sentido, la noche pareció transcurrir sin más problemas.

Los pajarillos trinaban saludando al nuevo día, la suave brisa mecía como cunas las ramas de los árboles, los tenues rayos del sol comenzaron a alumbrar con haces mágicos de luz todo Port Royal. Aún todo estaba muy tranquilo, apenas comenzaban a madrugar los pobladores y las olas del mar saludaban con sus olas a los pescadores. La mansión del gobernador Weatherby Swann parsía que por fin había pasado el resto de la noche en paz, hasta que…

-¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!! –se escuchó el terrible grito del comodoro Norrington.

-¡¿Cómo?! ¡¿Qué?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Dónde?! –se despertó de golpe Jack Sparrow sin saber qué era lo que estaba sucediendo, hasta que por fin pudo acomodar sus ideas y se dio cuenta que quien había gritado era James, quien se encontraba a su lado con una cara de espanto terrible, blanco como un fantasma.- ¿Y a ti qué te pasa? ¿Acaso viste un espíritu?

-Tú tú y yo…, tú tú y yo… -apenas podía decir.

-¿Qué tú y yo qué? –le preguntó extrañado, y al ver que no le salía la respuesta, decidió levantarse de la cama y vestirse-. Me duele terriblemente la cabeza, creo que necesito un poco más de ro… ?!!

Los ojos del capitán Jack Sparrow se abrieron desmesuradamente gracias al desagradable descubrimiento que acababa de hacer, lentamente volvió la cabeza y miró hacia la cama y al susodicho en ella. ¡Él y Norrington habían dormido juntos!

-¡¡NNNNNNNNNNNNNOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!

Continuará...

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