Piratas del Caribe -Fanfic- La Maldición del Anillo de la Calavera. Capítulo 28: La Prometida de James Norrington

                                                                                 


 Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!

PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción.
Publicado originalmente en: Fanfiction

OCTAVA PARTE: KATRINA WATSON

Capítulo 28: La Prometida de James Norrington

Mientras Jack Sparrow, William Turner y Elizabeth Swann esperaban en el camarote del capitán del "Perla Negra" a que Cotton y su perico llegaran con Henry McKinley de su "visita" a tía Dalma, el pirata se dedicó a explicarles su loco plan a sus "amigos", a lo que estos no sabían si rehusarse o no.

-Primero, iremos a Inglaterra –dijo.

-¿Cómo es que "iremos"? –Se sorprendió Will-. Ten en cuenta que no puedes adentrarte en aguas inglesas sin que seas perseguido por la flota real, ¡es imposible!

-¡Oh, mi querido William! –Exclamó condescendiente mientras colocaba su brazo sobre los hombros del muchacho-, ¡qué inocente eres! Obviamente que no iremos en mi querido "Perla Negra".

-¿A qué te refieres, Jack? –Elizabeth arqueó las cejas, preocupada.

El aludido la miró con un cierto brillo picaresco en los ojos, luego fue a servirse un poco de ron en su tarro y le contestó tranquilamente:

-Pues con ayuda de tu padre, el gobernador de Port Royal: Weatherby Swann, podremos obtener cuatro pasajes para un navío rumbo a Inglaterra.

-¿Cuatro pasajes? –Inquirió Will suspicaz-, ¿y se puede saber quienes irían?

-La bella Elizabeth, tú, el odioso de Norrington, y el más guapo e infaltable de todos: yo, por supuesto.

-Supongo que el comodoro irá porque conoce a ese almirante –advirtió el muchacho.

-Exactamente.

-Y no porque te estás enamorando de él y no quieres estar lejos de su presencia.

-Vete al diablo.

-¿Y cómo pretendes que mi padre nos ayude? –Preguntó la joven mientras le dirigía una penetrante mirada de advertencia a Will-. Él jamás ayudaría a un pirata.

-Él no tiene por qué saber que soy el temible pirata Jack Sparrow –respondió con picardía.

-¿Por qué siempre tus planes son una horrible maraña de mentiras y engaños? –se quejó el joven herrero, a lo que Jack replicó:

-¿Será porque soy un sucio pirata?

-¿Y quién serías para él? –inquirió el muchacho un tanto fastidiado.

-Pues… -llevó su mano a la barbilla, pensativo-, aún no lo tengo pensado…

-¿No? –Beatriz sonrió con malicia-. Entonces déjamelo a mí, sé muy bien quién serás.

-Mi bella Elizabeth… -dijo con agradecimiento mientras se paraba a su lado y colocaba su brazo sobre los esbeltos hombros de la joven-, como siempre, estás dispuesta a ser mi más fiel colaboradora.

La chica le sonrió, se sacó el brazo de encima y replicó:

-No sabes cuánto vas a agradecer mi ayuda…

Unos cuantos días después, Jack, Will, Elizabeth, y James se encontraban en la mansión del gobernador de Port Royal, en donde Elizabeth le presentaría a su padre, su "nueva amiga"...

-Papá – le dijo-, te presento a mi nueva amiga y prometida del comodoro Norrington: Katrina Watson, hija de un conocidísimo y prestigioso marino mercante.

-¡¿Eh?! –exclamaron los aludidos bastante sorprendidos, pues nada sabían al respecto.

-Un gusto conocerla, señorita Watson –dijo este tomando su mano para besarla cortésmente como mandaba la buena moral de la época mientras Jack permanecía totalmente atónito y con los ojos completamente abiertos-, me atrevo a decirle que ha elegido usted a un buen pretendiente. El comodoro James Norrington es sin lugar a dudas el mejor…

Y mientras el gobernador Weatherby Swann hablaba del buen nombre y trayectoria del fino caballero, el pobre ex pirata, ex capitán, y ex hombre: Jack Sparrow, anteriormente bautizado como Jacky por Barbossa y recientemente rebautizado como Katrina Watson, no podía creer en todo el lío desagradable en que su supuesta amiga Elizabeth Swann lo estaba metiendo. Ahora comprendía por fin la insistencia de la joven en que tomara lecciones de etiqueta femeninas durante el transcurso del viaje desde el hogar de tía Dalma hasta isla Tortuga, y que después, en el transcurso del viaje en un barco mercante hasta Port Royal, el arduo trabajo que le presentó a Elizabeth el vestirlo con ropas de una fina dama burguesa, a lo que él se había negado rotundamente vestir. Era parte del plan vestirse como una mujer, claro, Jack también lo había advertido, pero lo que ahora escuchaban sus oídos era otra cosa muy diferente, se suponía que irían a pedirle ayuda al gobernador, no a presentarse como la prometida de Norrington.

Con toda mala intención, la joven Swann se había guardado de explicarle la última parte de su plan hasta aquel momento. Obviamente, antes le había advertido que no hiciera ninguna "escenita" cuando se enterara de dicho plan ingenioso, a lo que Jack estaba completamente convencido de que Elizabeth se estaba vengando de todo lo que él le había hecho pasar anteriormente. Ella era una mujer de cuidado.

Por algunos momentos, Jack miró de reojo al comodoro Norrington, quien a juzgar por su cara de sorpresa y un subido tono sonrojado en su rostro, él tampoco había sabido nada del asunto perpetrado por la maquiavélica Elizabeth Swann. James, tan sorprendido como Jack, permaneció en completo silencio durante todo el discurso a su favor que le prodigaba el gobernador, sólo respondiendo de vez en cuando con un mecánico y lacónico"sí señor", "como usted diga, señor", "así es, señor", "exagera usted, señor", etc.

Los días pasados habían sido un martirio para Jack Sparrow, aprender los modales apropiados de una dama, aprender a expresarse con propiedad y aprender a vestirse con un odiado vestido femenino con un detestable corsé comprimiéndole la caja toráxica hasta dejarlo sin aliento, (se vieron obligados a emborracharlo hasta dormirlo para poder vestirlo como mujer, ya que este se oponía firmemente a usarlo y tuvieron que perseguirlo por todo el barco), también tubo que aprender a empolvarse y pintarse el rostro, peinarse primorosamente los cabellos, perfumarse, ¡hasta tener que bañarse todos los días! Odiaba su propio plan, odiaba ser mujer, y odiaba a Elizabeth Swann con todas sus fuerzas. El tener que verse separado de su amado "Perla Negra" y verse privado de su amado ron, era completamente incomprensible. ¡Inadmisible!... Y luego enterarse de golpe que era la "prometida" del odioso de Norrington…, era la gota que había derramado el vaso.

-… espero que ustedes dos sean tan felices como mi hija y su prometido –concluyó por fin su discurso el gobernador, que apenas había escuchado nuestro querido protagonista, quien se encontraba sumido en sus meditaciones.

-Gracias, gobernador Swann –respondió apresuradamente este haciendo una pequeña inclinación luego de que Elizabeth le hubiera pisado un pie.

-Elizabeth y yo nos sentimos muy felices al ver que el comodoro Norrington por fin halló a su pareja ideal –dijo William Turner entre una expresión en que se confundían la fingida seriedad y la completa burla-, ambos están hecho el uno para el otro.

¡Will lo sabía todo! ¡Oh, vil rata traicionera! ¡Conspirando junto a Elizabeth en contra suya! ¡Y pensar en todo lo que había hecho por él!... un momento, ¿había hecho algo por el muchacho? Jack frunció el entrecejo para luego encogerse de hombros para terminar pensando en que tal vez merecía todo aquello, tal vez.

-¡Esto hay que festejarlo! –Exclamó con gran alegría el padre de Elizabeth- Esta noche daremos un pequeño banquete en honor a los enamorados.

-¿Un banquete? -preguntó muy interesado nuestro pirata, incorregiblemente exagerado-. ¡Me encantan los banquetes! ¡¡Ron para todos!!

Inmediatamente, James le pellizcó disimuladamente el brazo para que se callara, provocando que Jack diera un pequeño aullido de dolor, dejando al gobernador bastante confundido.

-No es necesario, papá –replicó apresuradamente la joven-, sólo vinimos a pedirte que nos permitas viajar a Inglaterra para asistir a la consagración del almirante George Jacobson, James ya tiene dos pasajes, pero nosotros no y queríamos acompañarlos.

Norrington la miró muy sorprendido al escucharla decir que él tenía dos pasajes para viajar, tenía la invitación, por supuesto, pero no dos boletos de viaje, ahora se vería obligado a comprarlos para llevar al abusivo de Jack Sparrow.

-Eso no es problema, hija mía –objetó mientras pasaba cariñosamente su brazo por la esbelta cintura de la joven-, el próximo barco rumbo a Inglaterra parte mañana a la mañana. Tienen tiempo de sobra y no pueden negarse a aceptar mi generosa invitación, recuerda que es para celebrar este feliz acontecimiento, Elizabeth.

Y acercándose más a ella, le susurró al oído:

-No le niegues esto al comodoro, recuerda que de una manera u otra, se lo debes…

La joven Swann suspiró con cansancio y dirigió su mirada hacia los otros dos, Jack, desde donde se encontraba parado, estaba mirando con sumo interés y curiosidad todos los ricos adornos de la mansión, y Norrington, bastante nervioso, trataba de no mirarle el prominente escote. La chica sonrió, sería divertido tenerlos a los dos juntos aquella noche en la cena.

-Como tú lo desees, padre –aceptó resplandeciente.

-¡Magnífico! –Festejó este-. Ya mismo ordenaré que preparen todo para esta noche.

Y mientras se marchaba, Jack y Norrington se apresuraron a presentarle sus quejas a Will y Elizabeth.

-¡No me dijeron que iba a ser la prometida del estirado! –protestó muy molesto el capitán del Perla Negra-. ¡No es justo que se diviertan a costa de mis problemas!

-¡Esto es inaceptable! –Se quejó el otro luego de que mirara a jack de reojo bastante molesto-. ¡Me niego a participar es esta farsa!

-Ya es tarde –replicó Elizabeth-, ya se lo dijimos a mi padre.

-Además –agregó William-, era la única forma de conseguir gratis los pasajes. No se preocupen, sólo es una blanca mentira, luego de conseguir el mapa, todo esto se quedará en el olvido, y una vez más, otra chica te abandonará.

-Esto no quedará así, Turner –amenazó James muy ofendido con la insulto del muchacho-. Acepto de mala gana tu plan, pero si este mequetrefe va a ser mi "prometida", tendrá que comportarse como una verdadera dama. Por lo tanto, nada de ron.

-¿Nada de ron? –inquirió Sparrow preocupadísimo.

-N-A-D-A DE R-O-N –replicó Norrington mirándolo directamente a la cara.

Entonces, el pobre capitán se cruzó de brazos bastante fastidiado y murmuró para sí:

-Debimos haber vivido juntos un tiempo antes de comprometernos…

Los cuatro pasaron su tiempo toda la tarde en la mansión del gobernador de Port Royal, el capitán Jack Sparrow, alias, Katrina Watson, les dio bastantes problemas a sus amigos y a su "prometido", pues trató de sustraerse algunas cosillas de valor de la casa, encontró el gabinete de los licores y casi acabó con todo el contenido de las botellas, por lo tanto, su comportamiento empeoró bastante tras su recién conseguida embriaguez, hablando más de la cuenta y exagerando su conducta de por sí ya estrafalaria, dejando a todos los habitantes de la casa bastante desconcertados, preguntándose si el comodoro Norrington había escogido bien a su futura esposa. Una vez noqueado por un golpazo de Elizabeth con un grueso libro, fue dejado en la recámara de huéspedes hasta que llegara la hora de vestirse para la cena, cosa que sería muy difícil de realizar.

Una vez vestido y empolvado como una gran dama para dicha recepción, no sin antes haberse resistido a muerte, el pobre Jack, ahora convertido en una fémina llamada Katrina, bajó por las escaleras tomado del brazo del comodoro James Norrington, acto por el cual ambos hubieran preferido sin dudar ser devorados por el mítico Kraken. Cuando terminaron de bajar, se dieron con la desagradable sorpresa de que el padre de Elizabeth había invitado a algunas personas conocidas por Norrington, y entre estas, se encontraba el desagradable coronel Cutler Beckett, recientemente ascendido a Lord, quienes los miraban con sumo interés.

Luego de saludarse con algunos invitados, todos pasaron al gran salón que funcionaba como comedor, Jack (Katrina) y James tomaron los asientos de honor al lado del gobernador Swann, de su hija Elizabeth y su prometido William Turner. Demás está decir que el pobre Norrington estaba más nervioso que nunca, ya que notó que todos los invitados se encontraban murmurando sobre él y su "prometida", y que Jack estaba tan incómodo con el hermoso pero desagradable vestido, que comenzó a sentirse muy inquieto en su silla, además, había notado que Beckett no le quitaba de encima una mirada desagradable, comparada a la de una peligrosa serpiente.

-Estimados invitados –comenzó a hablar Weatherby Swann mientras llamó la atención de todos mediante unos golpecitos de su cucharilla de plata en su fina copa de cristal-, se preguntarán por qué los he invitado esta noche a este agasajo, pues esta mañana he recibido la agradable noticia del compromiso de quien, sin duda y sin miedo, ha defendido con fiereza a Port Royal de los peligrosos y despiadados piratas del mar del Caribe, me refiero al comodoro James Norrington y su prometida Katrina Watson. ¡Un brindis por su feliz compromiso! –exclamó con gran orgullo mientras se ponía en pie con una copa de fino vino que recién habían servido sus criadas.

Todos se pusieron en pie y brindaron con alegría por aquel "feliz compromiso". Jack Sparrow se tomó de un solo trago el contenido de su copa, y al ver que el comodoro no tomaba su vino, le quitó la copa y también se la bebió de un solo trago.

Luego del brindis vino la comida, y allí comenzó la dura tarea de James y Elizabeth para evitar, disimuladamente, que los malos modales de nuestro querido protagonista salieran a flote ante todos los presentes.

-¡No puedes comer esa cantidad de comida! –Exclamó escandalizada la joven Swann mientras le arrebataba una exquisita pata de pollo que casi logró morder Jack con las manos-. ¡Una mujer decente jamás come como si fuera un cerdo!

-Salvo si te casas –agregó Will con alegría.

-¡Cállate, William! ¡No estás ayudando! –amonestó su prometida mientras le dirigía una severa mirada a su novio, quien, ruborizado, tubo que concentrarse en su propios alimentos.

-¡Y debes comer con cubiertos! –Reprendió Norrington al capitán del Perla mientras le ponía en las manos un cuchillo y un tenedor-. ¿Acaso te olvidaste de todo lo que te enseñó Elizabeth?

Fastidiado, Jack Sparrow tomó de mala gana los cubiertos y tuvo que contentarse con un ala de pollo, unas cuantas arvejas (guisantes) y un poco de puré de papas (patatas). Pero en cuanto veía que sus crueles celadores dejaban de ponerle atención, aprovechaba el momento para robar alguna porción de más, que luego se la comía con suma rapidez, y si veía que iban a pescarlo, escondía la comida entre sus ropas o escote, haciéndose luego el tonto.

A todo eso, Cutler Beckett miraba con interés todos los movimientos de la supuesta prometida del comodoro. Sabía por sus confiables fuentes, que ella era el recientemente convertido pirata Jack Sparrow, por lo tanto, ardía en deseos de entablar una conversación con la "señorita", momento que pudo aprovechar en cuanto dio inicio la música de baile que interpretaba la filarmónica contratada por el gobernador Swann, quienes comenzaron a interpretar varias piezas musicales de Bach, Haendel y Vivaldi. Pero luego de una hora, comenzaron a interpretar el "Ballet des ballets", cuyo baile está constituido por una serie de intermedios en el curso de los cuales los intérpretes van bailando por turno. El último intermedio era interpretado por todo el conjunto de los bailarines.

Casi todo el mundo salió a bailar al salón principal, menos algunos solitarios, viejas parejas de casados, Beckett, Swann, Norrington y su joven "prometida".

-¿No bailan? –Le preguntó el gobernador al comodoro.

-¿Eh? –Se sobresaltó el aludido sin saber a ciencia cierta qué responder, ¡ni loco bailaría con Jack Sparrow!-…, bueno, yo, este…

-Lo que pasa es que se le durmieron las piernas por estar tanto tiempo sentado –respondió rápidamente "Katrina"

-¿Cómo? –se sorprendió Swann mientras Norrington la miraba con cierta desconfianza.

-Ya sabe cómo es esto –explicó la "joven"-, como Norri… digo, James es un hombre de acción, no está acostumbrado a estarse quieto mucho tiempo en una silla.

-Oh…, ya veo –dijo el gobernador casi completamente convencido, para luego soltar una afectada risita y darle unas palmaditas en la espalda a un nervioso comodoro, quien lo miraba un tanto confundido-. ¡Por lo visto su novia lo conoce muy bien! ¡Lo felicito por haberse comprometido con ella! ¡Hacen una pareja perfecta!

-… No sabe qué tan perfecta… -murmuró Norrington de mala gana.

En eso, Lord Beckett aprovechó el momento y se acercó hasta donde se encontraban los otros tres, y dijo mientras miraba de reojo al comodoro con una sonrisa malintencionada, haciéndolo sentir bastante incomodado:

-Muchas felicidades por su compromiso, comodoro Norrington. Debo opinar que yo había llegado a creer que usted se había abandonado a la desidia por el rechazo de la señorita Swann, pero ahora aquí veo que ha hecho una gran elección, la joven con quien se ha comprometido usted es hermosa y simpática, no tiene comparación con ningúna otra mujer, es "única" en su especie… -terminó diciendo en doble sentido mientras tomaba la mano de Jack y se la besaba con gran afectación.

-Me halaga usted –respondió con una suave inclinación de cabeza el pobre Sparrow mientras se odiaba a sí mismo y maldecía con sus pensamientos a su ya conocido archienemigo.

"Ojalá se te pudra la boca" –pensó con malicia.

-¿No le gustaría a la señorita bailar esta pieza musical conmigo? –le preguntó sobresaltándolo, pues Jack se había negado rotundamente aquella tarde en practicar las danzas femeninas.

-¿Yo? –Preguntó un tanto desconcertado mientras miraba a James de tanto en tanto como si le pidiera auxilio, pero este se encontraba tan abatatado como ella-, bueno, yo, no…este... yo…

-¡Perfecto! –exclamó este mientras la tomaba de las manos y la levantaba, luego se dirigió hacia Norrington y le dijo malintencionadamente:

-No se preocupe, comodoro, le prometo que seré suave con su noviecita en cuanto finalmente esté en mis manos… -y dicho esto, se la llevó al gran salón, sin darse cuenta de que varias porciones de comida comenzaron a caer del fino vestido de su compañera de baile, que quedaron desparramados por todo el camino.

James y Weatherby estaban atónitos ante lo que veían, pero después, el comodoro sonrió pícaramente, pues sabía que Jack Sparrow haría lo suyo para dejar malparado al odioso de Cutler Beckett. ¡Y no sabía lo "malparado" que lo dejaría!

De muy mala gana, el capitán del Perla Negra fue llevado hasta el salón para ponerse a bailar con su detestable enemigo ante la sorpresa de Will y Elizabeth, quienes se encontraban allí bailando y divirtiéndose juntos como un buen par de jóvenes que eran.

-Esto me preocupa –dijo Elizabeth-, Jack no quiso aprender a bailar esta música. Se pondrá al descubierto.

-Espero que se le ocurra algo, o si no, sabrán que no es la hija de un reconocido acaudalado –opinó intranquilo Will mientras los miraba.

A todo eso, Jack y Beckett ya habían tomado un lugar entre las parejas danzantes y comenzaron a "tratar" de bailar.

-Le advierto que jamás he bailado antes–se defendió nuestro pirata mientras trataba de soltarse de la manos de su odioso compañero de baile.

-No importa –replicó este mientras se aferraba con más fuerza a su cintura y su mano-, yo puedo enseñarle.

-No me interesa aprender –replicó, y otra vez trató de zafársele, pues aquel sujeto le provocaba repulsión.

-Quizás le interesa "otra" cosa… -dijo mientras la apretaba contra sí.

-¡¿Eh?! –se asustó Jack, ya que su instinto femenino recién adquirido (y sus malas experiencias), le advertía que venía algo que no le iba a gustar nada en lo absoluto.

Y como lo había sospechado, el condenado Lord Beckett trató de besarlo, pero con tan mala suerte para él, que pisó una pata de cerdo que se le había caído del vestido de Jack y se resbaló para caer pesadamente de espaldas al suelo para sorpresa (y burla) de los presentes, momento en que Jack aprovechó y regresó a toda prisa hacia su asiento en la mesa del comedor, en donde tomó asiento ante el asombro de los otros dos, quienes también habían visto lo sucedido.

El resto de la velada transcurrió casi sin problemas, salvo que ni Will, Elizabeth y James pudieron evitar que Jack Sparrow se tomara cada copa de licor que le cayera en las manos hasta quedarse completamente dormido por la borrachera, quedando todo "desparramado" sobre la silla, roncando y balbuceando canciones piratas de vez en cuando.

Viendo la indisponibilidad de su invitada, Weatherby Swann dio por terminado el banquete y todos los concurrentes tuvieron que retirarse entre murmuraciones, salvo algunos invitados que decidieron quedarse a pasar la noche allí, encontrándose entre ellos, Lord Cutler Beckett.

Y mientras los últimos invitados ya estaban retirándose del comedor, un fastidiado James Norrington miró de muy mala manera a su prometida y la zamarreó un poco del brazo diciéndole:

-¡Levántate ya! ¡Tenemos que irnos!

Jack, que se encontraba tendido sobre la mesa, refunfuñó un poco antes de decir entre sueños:

-¿Ya se acabaron las bebidas?

-Olvídate de eso, ya todo terminó.

-… ¿y el ron?

-¡Uf! –resopló James al soltarlo de mala gana al ver que Jack ni siquiera hacía el intento de levantarse, se encontraba demasiado ebrio.

-Tendrás que llevarlo alzado –opinó Will, quien se encontraba detrás suyo.

-¿Y por qué no lo llevas tú? –replicó molesto.

-Porque la gente pensaría muy mal, es tu novia –objetó tranquilamente.

James no pudo contradecirlo, pues sabía que el muchacho tenía toda la razón, desgraciadamente, así que se armó de valor y de maldiciones en contra de Will y Jack, y alzó a su joven y desvanecida noviecita para llevarla a su habitación.

-No tienes idea del ridículo que me has hecho pasar frente a todos los presentes con tus modales impropios –le reprochó mientras lo llevaba en sus brazos.

-… Podría acostumbrarme a esta vida… -replicó el pirata semiinconsciente mientras acomodaba su cabeza sobre el hombro del comodoro.

-Dios no lo permita –objetó James mirando hacia el techo con ojos suplicantes.

Y mientras el gobernador de Port Royal, Weatherby Swann veía a aquella extraña pareja subir por las escaleras rumbo a sus habitaciones, opinó:

-La joven Watson es un tanto peculiar…, extraña, diría yo.

-No sabes lo extraña que es realmente –murmuró su joven hija, quien se encontraba parada a su lado, dejando a su padre completamente desconcertado.

Continuará...

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