YuYu Hakusho -Fanfic- La Puerta del Diablo. Capítulo 26: La Ira de un Amigo

                                                    


Sinopsis del anime: La serie narra la historia de un joven rebelde de 14 años, Urameshi Yūsuke, quien es atropellado en un accidente de tráfico por salvar a un niño. Su muerte no debía ocurrir todavía, y por tanto no hay sitio para él ni en el Cielo ni en el Infierno, así que deberá ir al Más Allá y, en calidad de fantasma, recuperar su cuerpo y vencer todo tipo de demonios y seres fantasmagóricos acompañado de sus fieles amigos.

LA PUERTA DEL DIABLO


Trama:
 Un codicioso empresario está buscando la forma de gobernar el mundo, y qué mejor manera que abriéndole las puertas al diablo en el Templo de Genkai.
Género: aventura, artes marciales, drama, acción, fantasía, humor
Pareja: ninguna
Calificación: para mayores de 13 años
Cantidad de palabras por capítulo: variable
Duración: 30 capítulos
Estado: completo
Año de creación: 2006
Publicado originalmente en: Fanfiction
Autora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas para sacar los mejor de ellos. ¡Nadie es perfecto, todos podemos ser mejor!

Capítulo 26: La Ira de un Amigo

Kuwabara había llegado hasta la salida y también tuvo que enfrentarse con un acertijo grabado en la puerta.

-¡Maldita sea! –Golpeó la pared con su puño -¡otro maldito acertijo! ¿Y ahora qué hago?

El chico frunció las cejas y la boca, pensó que si había podido resolver el otro acertijo, también podría hacerlo con este otro, así que se sentó en el suelo y con los brazos cruzados se puso a pensar.

Pasaron unos segundos cuando vio llegar corriendo a su amigo Yusuke, que al verlo, pareció muy feliz.

-¡Que bueno verte Kuwabara!

-¡Lo mismo digo Urameshi! –el muchacho se levantó.

-¿Qué estás haciendo? –Yusuke miró hacia la enorme puerta.

-Hay que resolver ese acertijo si queremos salir de aquí. –Le contestó Kuwabara señalando hacia la inscripción.

-¿Otro acertijo? –Se molestó Yusuke, -¡ya estoy arto de ellos! Prefiero pelear con un enemigo.

-Pero igual tenemos que encontrarle una solución o si no jamás saldremos de aquí.

Yusuke asintió y leyó el acertijo, que decía:

"¿Cuántas manzanas puedes comerte con el estómago vacío?"

-¡Pero qué pregunta más estúpida¡ -Protestó el muchacho al leerlo -¡Pues todas las que uno se pueda comer, claro!

Pero la puerta no se abrió, lo que dejó a Yusuke mucho más enojado y confundido que antes.

-Mejor pongámonos a pensarlo bien... –Sugirió Kuwabara en su papel de hombre serio. Frunciendo el entrecejo y haciendo una mueca de desgano, Yusuke decidió hacer lo que proponía su amigo.

Cuatro minutos después, Kuwabara creyó dar con la respuesta, emocionado señaló hacia la puerta y exclamó:

-¡Ha! ¡Nuevamente te he ganado Io Akuma, ya sé la respuesta de tu acertijo! ¡Ha ha ha! –Se rió desaforadamente poniendo los ojos arqueados hacia arriba.

-¡Dilo de una vez, Kuwabara!

-Está bien, no molestes Urameshi. –Protestó y se dirigió nuevamente a la puerta y dijo:

-¡Escúchame puerta odiosa, la respuesta es esta! ¡Sólo se puede comer una, pues después el estómago ya no está vacío!.

-Pero qué solución tan estúpida... –murmuró Yusuke -¿Y tú crees que es la correcta?.

-¡¿Me crees un tonto, Urameshi?! –Muy enojado, Kuwabara se dispuso a darle un puñetazo en la cara a su amigo.

Yusuke también estaba a punto de golpear a su amigo cuando de repente, la puerta se abrió, respondiendo así a la pregunta del dueño del ReiGun.

-¿Ves, Urameshi? Yo soy más inteligente que tú. –Se burló Kuwabara.

-No puedo creerlo... –murmuró Yusuke incrédulo.

Cuando los dos chicos atravesaron la gran puerta, no pudieron dar crédito a lo que vieron, simplemente no podía ser cierto.

Ante la atónita mirada de todos, Hiei cayó pesadamente de rodillas al suelo para luego caer del todo, inconsciente, sobre un enorme charco de sangre. Io Akuma le había perforado el estómago con su mano.

-¡¡Nnnoooooo!! –Gritó Koenma.

Kurama estaba petrificado por el impacto emocional que le había causado lo ocurrido en tan sólo unos segundos, le parecía que todo había pasado en cámara lenta. Sólo un momento antes, había visto a Io Akuma moverse en un instante desde donde estaba hasta donde estaban ellos, se había parado frente a él tan rápido que no le había dado tiempo a reaccionar, sus ojos diabólicos lo impresionaron, pero luego lo vio mover hacia atrás su brazo derecho dispuesto a atacarlo, luego vio a su amigo Hiei interponerse entre él y el demonio, a aquellos horribles dedos azules índice y medio de Io Akuma salir por la espalda de su amigo, después un gran chorro de sangre le salpicó en la cara, y luego, vio caer a su amigo al suelo. Muerto. ¿Estaba muerto? ¿Realmente había pasado lo que estaba viendo ahora? No, no podía ser posible, seguramente estaba soñando, seguramente era un mal sueño. Sí, era eso. Un muy mal sueño.

-Demonios –protestó tranquilamente Io Akuma sacudiendo su mano para quitarse la sangre de Hiei, -realmente quería matar al otro, pero esta basura se me atravesó.

-Eres un maldito –en los ojos de Kurama se encendieron las llamas de la ira y la venganza.

Mientras tanto, Yusuke y Kuwabara habían visto todo eso y no lo podían creer, estaban inmovilizados por la impresión del momento.

-¡¡Hiei!! –Gritaron al unísono.

-Ra-rayos –murmuró Kuwabara, -¿vi-viste lo que yo?

-Es un maldito –replicó el detective espiritual entre dientes. –Vamos a darle una lección al desgraciado.

-¡Bien! –Asintió.

Cuando apenas dieron unos pasos, oyeron a Keiko decir:

-Ya tenemos al elegido... El elegido es Kazuma Kuwabara.

Y en ese mismo instante, el muchacho nombrado desapareció ante los atónitos ojos de Yusuke, para luego reaparecer convertido en un zombi al lado de Keiko, con los demás.

-¡Kuwabara! ¡Keiko! –Exclamó el chico sorprendido al ver a su amiga también convertida en un zombi. –Oh no... –Sus ojos pardos se posaron en cada uno de sus amigos que estaban en la misma situación que su querida Keiko. Pero ya no pudo seguir prestarle más atención, ya que sintió que la energía de Kurama había cambiado.

Kurama, lleno de ira, se había transformado en Yoko Kurama, un chico alto de largo cabello blanco, orejas y cola de zorro también blancas, sus ropas orientales color violeta también se habían vuelto blancas. Sus ojos dejaron de ser verdes para volverse violáceos, su expresión y su mirada ahora eran frías e inexpresivas.

-Vas a pagar por lo que hiciste. –Dijo.

Su movimiento fue muy rápido, veloz, llegó en un instante frente a Io Akuma para golpearlo con su puño cubierto de una enredadera terminada en una afilada y mortal punta. Io Akuma no se lo esperaba, y su abdomen fue atravesado por el ataque de Yoko Kurama.

-¡¿Q-qué...?! –no lo podía creer, dio unos pasos hacia atrás, -¡tu poder ha ...!

Pero el zorro no lo dejó moverse más, comenzó a golpearlo una y otra vez provocándole severas heridas por todo el cuerpo, atacó hasta que el demonio cayó al suelo si sentido.

-¡Lo ha derrotado! –Exclamó feliz Yusuke, quien se encontraba arrodillado al lado de Hiei. -¿Lo ves, Hiei? ¡Kurama lo logró!

El pequeño demonio trató de sonreír mientras su amigo lo sostenía entre sus brazos.

Koenma miró a su alrededor y notó que nada había cambiado.

-No... no lo creo. –Dijo el dios dubitativamente.

-¿A qué te refieres? –Se sorprendió el detective espiritual.

-Yo no he sido liberado ni la puerta se ha cerrado.

-Rayos... –murmuró, y luego se dirigió a Kurama y le gritó: -¡Kurama, no te confíes!

De inmediato, Io Akuma se levantó del suelo riéndose diabólicamente ante el poco asombrado zorro.

-Me sorprendiste, chico. –Dijo –pero tus golpes no fueron suficientes para derrotarme ni vengar a tu amigo... –Y diciendo esto, Io Akuma hinchó sus pectorales y de él comenzaron a salir enormes púas negras, que en un abrir y cerrar de ojos, salieron expulsadas hacia el joven muchacho.

Yoko Kurama trató de evadirlas pero su velocidad no fue suficiente, las grandes púas atravesaron uno de sus costados, el hombro derecho, sus manos y sus piernas para clavarlo luego en contra de una gran pared, como si fuera una mariposa de colección. Muy adolorido, el zorro Yoko Kurama, se convirtió en el jovencito pelirrojo, quien estaba ya casi inconsciente.

-Esas espinas además de provocarte un gran dolor, también son muy venenosas. –Comentó el demonio irónicamente, -así que no esperes vivir por mucho tiempo más. –Io Akuma comenzó a reírse estruendosamente. -¡Tus intentos de vengar a tu amigo fueron inútiles! ¡ha ha ha!

-¡¡Nnnoooooo!! ¡¡Kuramaaa!! –Gritó Yusuke al ver a su amigo derrotado, lleno de ira, se volvió hacia Io Akuma -¡Eres un maldito infeliz! ¡Te voy a matar!

-Eso quisiera verlo. –Sonrió burlonamente el demonio.

Entonces, Yusuke, luego de acomodar a Hiei, se levantó y se dirigió caminando hacia Io Akuma decidido a acabar con él.

Continuará...



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