Pareja principal: Yoon Seo-jin x Kang Ji-hoon
Personajes que aparecen en este capítulo:
- Yoon Seo-jin, Significa: "Seo" (sabiduría) + "Jin" (tesoro), irónicamente elegante para alguien que usa cualquier táctica para ganar.
- Kang Ji-hoon, "Ji" (sabiduría) + "Hoon" (mérito), encaja con su rectitud moral.
- Choi Man-shik, "Man" (mucho) + "Shik" (conocimiento), ideal para un abogado experimentado que ha visto de todo y es el artífice del caos en el testamento. Viejo amigo abogado del padre de Yoon Seo-jin, Yoon Byung-chul, y dueño de un famoso bufete Choi & Asociados
- Cha Eun-seo, elegante, refinada y manipuladora. En público es la prometida perfecta, pero en privado es fría y territorial. Hará todo por mantener su compromiso con Kang Ji-hoon.
- Oh Dae-ho, un tipo rudo por fuera pero blando por dentro. Amigo chet de Kang Ji-hoon.
Publicación: cada vez que termine un capítulo
Cantidad de palabras: variable
Duración: indeterminado
Estado: en progreso
Guion: Gabriella Yu y Chad
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por situaciones difíciles en donde deberán aprender de sus errores. ¡Nadie es perfecto!
Capítulo 1: El Reencuentro
Hace 10 años...
El aire de la plaza estaba impregnado del aroma de las flores de cerezo en plena floración. Yoon Seo-jin se abrazaba los brazos, aunque no hacía frío. Kang Ji-hoon la miraba con el ceño fruncido, el dolor y la decepción reflejados en su rostro.
—¿Así que todo fue una apuesta? —Su voz era un susurro afilado.
Seo-jin apretó los labios. Sabía que nada de lo que dijera cambiaría lo que él creía.
—No es lo que piensas...
—¡No me digas que no es lo que pienso! —La interrumpió con furia contenida—. Todo este tiempo, ¿fui solo un juego para ti?
Ella dio un paso hacia él, pero Ji-hoon retrocedió. Su mirada, siempre cálida, ahora era fría como el acero.
—Se acabó, Seo-jin. No quiero volver a verte nunca más.
Dicho esto, se giró y se marchó, dejando a Seo-jin sola entre los pétalos caídos, con las palabras atrapadas en su garganta.
En el presente…
La sala del tribunal estaba en completo silencio. Todos los presentes contenían la respiración mientras Yoon Seo-jin caminaba con confianza, taconeando con decisión. Su cliente, un empresario acusado de evasión fiscal, la miraba con pánico disimulado. Seo-jin sonrió con la satisfacción de una depredadora oliendo sangre.
—Dígame, fiscal Park —dijo con voz melosa—, ¿puede explicar cómo su "prueba irrefutable" resulta ser una fotocopia borrosa de un documento sin firmas oficiales?
El fiscal sudó.
Mientras tanto, en otro tribunal, Kang Ji-hoon ajustaba su corbata con precisión quirúrgica. Su cliente, una madre soltera a punto de perder la custodia de su hijo, le apretaba la mano con gratitud. Él le devolvió un leve asentimiento antes de girarse hacia el juez.
—Su Señoría, la evidencia muestra claramente que mi cliente ha proporcionado un ambiente estable y amoroso para su hijo. El intento del padre biológico de obtener la custodia no es más que un acto de venganza personal.
El juez asintió lentamente.
Ambos casos terminaban con la victoria de los respectivos abogados. Seo-jin celebraba con una copa de vino en la mano, burlándose de su oponente derrotado. Ji-hoon, en cambio, rechazaba cortésmente la invitación de su cliente a una cena de agradecimiento, prefiriendo irse a casa a leer documentos.
En un bar elegante, Seo-jin levantó su copa y brindó con Han Mi-ra, su colega y amiga.
—Otra victoria para la implacable Yoon Seo-jin. —Mi-ra sonrió, tomando un sorbo de su cóctel.
—Por supuesto. Me subestimaron y pagaron el precio. —Seo-jin sonrió con autosuficiencia.
—Tienes que relajarte un poco. ¿No has pensado en tomar unas vacaciones?
—¿Y perderme la diversión de humillar fiscales incompetentes? No, gracias.
Mi-ra suspiró, pero no insistió más. Sabía que su amiga vivía por la competencia y el éxito.
Mientras tanto, en un pequeño restaurante de comida callejera, Ji-hoon se sentó frente a Oh Dae-ho, quien le sirvió un plato de tteokbokki humeante.
—Otra victoria, ¿eh? —Dae-ho sonrió, apoyándose en la barra—. Un día de estos deberías perder, solo para ver cómo se siente ser humano.
Ji-hoon bufó, tomando un bocado de su comida.
—No se trata de ganar o perder, sino de hacer justicia.
Dae-ho negó con la cabeza, divertido.
—Lo que sea que te ayude a dormir por las noches, amigo.
Ji-hoon le lanzó una mirada de advertencia, pero Dae-ho solo rió.
De regreso en su bufete, Ji-hoon apenas había tenido tiempo de revisar sus expedientes cuando la puerta de su oficina se abrió sin previo aviso.
—Ji-hoon oppa~ —canturreó una voz melosa.
Cha Eun-seo, la famosa actriz y su prometida, entró con una sonrisa impecable y una bolsa de diseñador en la mano. Se acercó con la gracia de alguien acostumbrada a estar en el centro de atención.
—Te vi en las noticias. ¡Sabía que ganarías! —dijo, acomodándose en el sofá con naturalidad.
—Gracias, Eun-seo —respondió Ji-hoon, sin levantar la vista de sus documentos.
—Deberíamos salir a cenar. Hoy tengo una reserva en el restaurante de moda. Te hará bien relajarte un poco. —Eun-seo cruzó las piernas, estudiándolo con atención.
—Estoy ocupado. —Su respuesta fue breve, pero educada.
Eun-seo frunció ligeramente los labios antes de recuperar su expresión perfecta.
—No puedes ignorarme todo el tiempo, ¿sabes? —dijo en un tono ligero, pero con un trasfondo de advertencia.
Ji-hoon cerró los documentos con un suspiro. Sabía que Eun-seo no aceptaría un "no" tan fácilmente.
—Está bien, cenaremos. Pero algo rápido.
Eun-seo sonrió, satisfecha.
Pero sus mundos estaban a punto de colisionar...
—Señor Kang, recibió una citación —le informó su secretaria.
—¿Una citación? —Ji-hoon frunció el ceño.
Seo-jin tamborileó los dedos sobre la mesa en la casa de su difunto padre, mirando impaciente la puerta. Justo en ese momento, se abrió de golpe y un hombre alto y serio entró.
Kang Ji-hoon.
Sus miradas se cruzaron. Un largo, tenso silencio llenó la habitación.
—Tú... —murmuró Ji-hoon, incrédulo.
—¿Tú qué haces aquí? —preguntó Seo-jin, igual de sorprendida.
El abogado encargado de la lectura del testamento carraspeó.
—Bueno, parece que es el momento adecuado para leerles la cláusula especial del testamento del señor Yoon Byung-chul...
Ji-hoon y Seo-jin intercambiaron miradas, con la tensión acumulándose en el aire.
—¿Cláusula especial? —repitió Ji-hoon con desconfianza.
El abogado sonrió con una mezcla de satisfacción y resignación.
—Sí. Según el testamento, ambos deberán trabajar juntos en el Bufete Choi & Asociados... o renunciar a toda herencia del señor Yoon.
Silencio absoluto.
Seo-jin abrió la boca, pero no salió ningún sonido. Ji-hoon parpadeó lentamente, tratando de procesar la información.
—¿Qué? —exclamaron ambos al unísono.
Continuará...
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